La Quinta de Torre Arias, ¿un nuevo jardín para Madrid?

J. L. Gamallo. Al final de la calle de Alcalá, un poco antes de Canillejas, en Suances, los madrileños disponemos de un maravilloso jardín, la Quinta de los Molinos, justamente famoso pues a finales de febrero florecen los miles de almendros que plantara el arquitecto César Cort, conviertiendo parte de la finca que le regalara en 1920 el conde de Torre Arias, en una admirable mezcla de parque y huerta. Pero a los Torre Arias les quedaba aún otra gran finca, conocida como la Quinta de Torre Arias, contígua a la de los Molinos, y que estuvo en manos de la familia hasta el año 2013, momento en que fue cedida al Ayuntamiento de la capital, por la última condesa de Torre Arias, marquesa de Santa Marta y marquesa de la Torre de Esteban Hambrán, , doña Tatiana Pérez de Guzmán, tras su fallecimiento, sin descendencia. Así los madrileños podremos disfrutar de un parque de 13,45 hectáreas, así como del Palacio existente en la misma, notable edificación de planta cuadrada y dos pisos, de  26 m x 26 m. Es de ladrillo visto, y está rematado por una torre con reloj. Pero como las cosas de Palacio van despacio, no creo que la apertura de los jardines sea inminente, y podamos traspasar la elegante entrada neoclásica de la Quinta. La delegada de Urbanismo y Vivienda ha afirmado que los jardines serán accesibles «cuando se cumplan las condiciones de garantía y seguridad» para los visitantes. Lo cual no es decir demasiado. Mucho nos tememos que la cosa puede ir para largo. Los vecinos palacios de El Capricho y la Quinta de Los Molinos aún siguen cerrados, de manera que la reciente donación de esta descendiente de Cristóbal Colón y Guzmán el Bueno al pueblo de Madrid va a seguir durante un tiempo cerrada al disfrute de los madrileños.