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El Museo Arqueológico Nacional de Madrid
J. L. Gamallo. El Paseo del Prado de Madrid encierra una de las ofertas museísticas más interesantes e importantes de Europa, que convierte a nuestra ciudad en uno de los principales focos turísticos de España por la calidad y variedad de los museos que jalonan esta bella creación urbanística diocechesca: el Museo Reina Sofía, el Caixa-Forum, el Museo del Prado, el Museo Naval, el Museo de Artes Decorativas, el Palacio de Cibeles. Pues en este singular eje capitalino desde hace poco menos de un año ha vuelto a abrir sus puertas, completamente remozado, después de unas obras que han durado cuatros, el Museo Arqueológico Nacional, que tiene su fachada en la calle Serrano. Con la reapertura del MAN se completa y se cierra por el norte el Paseo del Arte, como también se conoce al Paseo del Prado, y con toda justicia, es preciso decirlo. Las obras de reforma parece que han valido la pena, y se han ganado para la exposición muchos miles de metros cuadrados, destacando los dos patios de luces, uno con las obras más características de la escultura ibera, y el otro con escultura romana. Desde estos patios, mediante unas plataforma se puede acceder a los pisos superiores, antes ocupados por despachos y almacenes, donde sigue la exposición con los visigodos, árabes, época medieval, renacimiento y época moderna. La Prehistoria ocupa la planta inferior, por donde se acceda a la exposición museística. Ahora el Museo cuenta con cafetería y tienda-libreria, servicios de los que antes carecía, y que son imprescindibles en cualquier museo de primera categoría que se precia. La visita al Museo Arqueológico es un reencuentro con nuestro pasado, tanto el más remoto como el más cercano, ya que la colección llega hasta el siglo XIX. Así, a lo largo de sus diferentes plantas, podemos ver y admirar todo un variado muestrario de artefactos de carácter arqueológico, histórico o artístico, que desde la prehistoria nos van mostrando las diferentes fases culturales de nuestra historia. La escultura sigue siendo uno de los principales focos de interés, donde la Dama de Elche es la joya de la colección acompañada por las Damas de Baza y la del Cerro de los Santos. De la escultura ibérica hay otros interesantes ejemplos también procedentes del Cerro, así como otras muestras variadas de cultura material, pequeños exvotos de bronce, utensilios variados de la vida contidiana, así como joyas y adornas. La parte dedicada al periodo romano es la que exhibe, como era de preveer, el mayor número de obras, con esculturas, mosaicos, inscripciones, cerámica, vidrios, etc. En el patio romano, presidido por dos grandes estatuas sedentes de Livia y Claudio, procedencia itálica, hay una excelente colección de bustos imperiales, julio-claudios y antoninos. Uno de los grandes tesoros del Museo Arqueológico es su colección de bronces jurídicos romanos, destacando la ley municipal de la colonia Genetiva Urso (actual Osuna), así como el decreto de Marco Aurelio sobre los espectáculos circenses procedente de Itálica, por solo mencionar los más importantes. Aunque me parece que no son presentados al público con el debido relieve que merecen tan singulares documentos. De la época visigoda y medieval son piezas excepcionales las coronas votivas de Guarrazar, la cierva broncínea de Medina Azahara, el llamado bote de Zamora o el crucifijo de don Fernando y doña Sancha, exquisitas obras de artesanía en marfil. Para los amantes del mundo egipcio y del medio oriente también pueden ver satisfecha su curiosidad con una no muy extensa colección de objetos procedentes de excavaciones españolas realizadas en Ehnasya el Medina (Heracleópolis Magna) y en varios yacimientos nubios. Ningún useo arqueológico que se precie puede carecer de artefactos egipcios, especialmente alguna momia, pero no es lo más interesante de la colección madrileña. Si se va a estar en Madrid algo más que un par de días, aparte de las visitas al Prado, al Reina Sofía y al Thysen, el Museo Arqueológico también se convierte en paso obligado, y si se viene con niños disfrutarán bastante con la visita.
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