Don Blas de Lezo en la Plaza de Colón

J. L. Gamallo. En un divertido programa de radio matutino una de las secciones de más audiencia es aquella donde un entrevistador en la Ciudad Universitaria realiza a los estudiantes facilísimas preguntas de cultura general, geografía o historia. Y da un poco de vergüenza ajena escuchar las disparatadas respuestas sobre quienes son algunas figuras destacadas y muy conocidas de nuestros pasado histórico, como los Reyes Católicos, Hernán Cortés, el general Castaños o Guzmán el Bueno, por ceñirnos sólo a personajes de la Historia de España, los de otros lugares tampoco salen muy bien parado. Parece que tenemos un placer por ignorar nuestra historia, incluso la desdeñamos y procuramos obviar los acontecimientos más históricos y deslumbrantes, como si tuviéramos que pedir disculpas por ellos. Si esto ocurre con los más señeros, no es extraño el arriconamiento y olvido de otros, que en cualquier otro países serio y respetuoso de su historia estaría en primera fila. En este triste apartado está la insignísima figura del marino vasco don Blaz de Lezo (1689-1741), conocido como Mediohombre, ya que perdió en combate un ojo, un brazo y una pierna. Grandísimo estratega naval, su proeza más extraordinaria fue la defensa de Cartagena de Indias en 1741 frente al ataque de una formidable escuadra inglesa al frente del almirante Vernon, con muy escasas tropas. Los británicos sufrieron una gran derrota, y procuraron ocultarla y olvidarlo, como hemos hecho nosotros con la victoria. En Madrid no existía nada que recordase a tan ilustre militar; tal olvido ha sido subsanado con la erección de una estatua suya en la plaza de Colón, costeada por suscripción popular. Finalmente el monumento fue inaugurado en un  acto presidido por S. M don Juan Carlos I el 15 de noviembre del presente año. Al aco acudió también la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Al final desfilaron dos unidades de la Armada. La deuda que se tenía con este teniente general de nuestra Armada.