Cientos de madrileños acudieron con sus mascotas a la iglesia de San Antón

J. L. Gamallo. Como era fácilmente previsible la fiesta de San Antón a vuelto a ser un completo éxito. Cientos de madrileños se encaminaron durante el día 17 a la calle de Hortaleza, donde se ubica la iglesia de San Antonio Abad, eremita que se retiró al desierto para huir de las tentaciones y donde se alimentaba del pan que le traían los cuervos.

Así, bien fuera por curiosidad, bien por adquirir el "pan de San Antonio", bien por llevar a las mascotas para ser bendecidas, bien por asistir a alguna de las misas que se celebraban a lo largo del día, la calle Hortaleza presentaba un aspecto muy diferente al habitual. En ves del típico atasco automovilístico eran los perros y sus dueños los que monopolizaban la calle, cortada desde la Gran Vía.

Desde muy pronto se forma una larga cola que doblaba por la calle Farmacia para adquirir los "panes de San Antonio", que recordaban la alimentación del santo en el desierto, aunque los actuales son una especie de pasta seca que lleva impresa una cruz, y que tiene la virtud de conservarse en buenas condiciones durante mucho tiempo. Una docena cuestan 6 €.

La fórmula es secreta. En algunas pastelerías han realizado versiones más sofisticadas y recubiertas de glaseados de diferentes sabores. Pasado el despacho del pan y la de la iglesia, está la cola para bendecir a las mascotas. Uno de los párrocos con el hisopo en ristre rocío con el agua bendita a los perros, principalmente, pero tambíen a gatos, conejos, loros, periquitos, tortugas, hurones, etc. Una variadas muestra de las mascotas que nos acompañan en nuestras vida diaria. Por la mañana la banda municipal amenizó la jornada con diversas piezas castizas.

Las misas estuvieron abarrotadas de fieles, y resultaba curioso ver en las mismas a los animalitos que habían sido bendecidos, guardando la debida compostura que el momento requería.Entre misa y misa se puede besar la reliquia del Santo.

Por la tarde es la procesión que se denomina "las vueltas", un pequeño recorrido por las calles aledañas, donde participan de manera libre las mascotas y sus dueños, así como miembros de la policia nacional y la guardia civil con sus perros entranados para los más diversos menesteres, así como espléndidos perros guías.

Abría el cortejo sendos escuadrones a caballo de la policía municipal y la guardia civil. Conviene destacar la bella presencia de los caballos, con unas mágníficas crines y colas. No resulta raro ver a algún famoso con su mascota.

El pregonero Frank de Jungla, muy conocido por su programa de televisión, que participó en la procesión, o la muy conocida actriz Bibi Andersen que acudió un bello ejemplar de caniche de color rojizo. Allí estaba ella en la iglesia, rodeada y besada por muchas madrileñas, y posteriormente en la cola donde fue bendecida su mascota Hope, y ella misma. Una hermosa tradición que pervive en este Madrid aparentemente cada vez más cosmopolita e internacional.