Ya no habrá macrofiestas en instalaciones municipales

J. L. Gamallo. La alcaldesa de Madrid, doña Ana Botella, aunque no como deus ex machina, ha comparecido en una rueda de prensa, en cierto modo, para dar una versión más oficial de la trágica fiesta de Halloween en el Madrid Arena donde en una avalancha, aún por motivos desconocidos, murieron aplastadas las jóvenes Rocío, Cristina, Katia y Belén. La culpable es la empresa Diviertt que organizó la fiesta, y que no cumplió casi ninguna medida de seguridad, sobre todo la de superar amplísimamente el aforo del Madrid Arena. Los clásicos, que tienen máximas para todos, hablaban de la auri sacra fames, como dice Virgilio, la ambición de poder ganar más dinero cegó a los promotores y parece que decidieron ahorrarse todo lo posible en medidas de seguridad, además de meter a más gente de la que podía entrar, y haciendo la vista gorda al acceso de menores. Está claro que todo esto supone mayores gastos en seguridad, pero se hubiera evitado la tragedia. Ahora la alcaldesa anuncia que las instalaciones municipales no se volverán a alquilar para este tipo de actos, donde nunca se tendrá la seguridad total de que se cumplan los protocolos previstos, y donde, no hay que rasgarse las vestiduras por decirlo, uno de los atractivosde los mismos es el consumo de alcohol y otras sustancias. La policia municpal desplegada en las carcanías del Madrid Arena tenía como objetivo impedir el consumo de alcohol. También se defendió de las críticas de las que había sido objeto por haberido a Lisboa durante ese fin de semana durante un viaje de carácter privado. Por su parte el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva ha anunciado que el Ayuntamiento emprenderá acciones legales contra el promotor de la fiesta  «al haber mentido en los datos inicialmente facilitados sobre el número de entradas vendidas y el aforo real». Habrá que esperar en que queda todo esto durante un proceso legal que se supone largo y difuso, y donde seguramente las responsabilidades no quedarán aclaradas.