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El retorno de los brujos (Magia y hechicería contemporánea)


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J. L. Gamallo. Durante muchísimos años a nivel popular eran las gitanas, al parecer con amplias relaciones con el futuro, el pasado y el presente, eran las encargadas de mediante la práctica de la quiromancia o la cartomancia, de aclarar el porvenir a las personas, normalmente mujeres, con problemas normalmente amorosos. Está claro que los posibles aptitudes adivinatorias no podían compararse a los grandes oráculos de la Antigüedad, como Delos o Cumas, cuyas ambivalentes respuestas eran válidas para lo uno y su contrario. Desde luego el entorno de estos afamados oráculos ya sugestionaba a los peticionarios, y generales y reyes solicitaban sus servicios antes de tomar una decisión. Los antiguos eran, desde nuestro punto de vista ilustrado, especialmente supersticiosos. Ya fueran mesopotámicos, egipcios o  griegos, etruscos o romanos. Todos éstos daban gran importancia a la intepretación de fenómenos atmosféricos o relacionados con los animales. Así los etruscos eran maestros en interpretar las vísceras de los animales, práctica que pasó a los romanos, en cuyas ciudades había  sacerdotes municipales, el aruspex y el augur, encargados de examinar las vísceras, traducir el vuelo de las aves, fenómenos atmosféricos, el paso determinados animales, etc. La llegada del Cristianismo acabó con todo esto, pero no con las inquietudes de la gente ansiosa de saber algo del futuro, aunque estuviera prohibida la existencia la práctica de la magia y de la adivinación del futuro por toda suerte de magos, brujas y nigromantes. En el siglo XXI sigue proliferando esa inquietud o desazón, y nuestras tradicionales echadoras de cartas han sido sustituidas por toda una serie de chamanes, y por que no decirlo, embacaudores, que aseguran solucionar todo tipo de problemas. La  de de alguno de sus anuncios en la prensa suelen ser un tanto sintomáticos de lo que ofrecen y aquienes se dirigen. Así por ejemplo tenemos a Mama Amazónica, dedicada a la magia pura, con un amplio abanico de ofertas: soluciona la impotencia, retrasa la vejez destruye brujerías, así como amarres de cuerpo, mente y alma. Una panoplia muy impresinante. El maestro Ismale es un auténtido vidente y curandero africano que soluciona amarres y problemas de pareja, también soluciona  problemas judiciales, con resultados garantizados al 100% entre 3 y 7 días. Es más impresionante Samanta, reencarnada sacerdotiza, hechicera del amor y maestra en amarres milagrosos; además rectifica trabajos mal hechos por otros, lo que indica claramente que existe mucho impostor en esta cripticia "ciencia". El profesor Imamo, gran vidente y medium africano afirma que no hay problema que el no solucione, la lista que ofrece es interminable. Taykunta supera a todos, ya que se presenta como maestro de chamanes y tarotistas, lo más de lo más, sólo con el nombre o una foto consigue una unión perpétua; garantiza primero el resultado y luego se puede pagar. Sobre la cuestión económica ninguno aclara nada sobre los precios. Algunos dicen que la primera consulta es gratis, como algunos consejeros legales. Digamos que más o menos todo ofrecen lo mismo, ya sean profesores africanos o sacerdotisas amazónicas. La llegada de importantes grupos de emigrantes también ha supuesto la llegada de algunas de sus costumbres, que se han popularizado entre los españoles. Estas nuevas videncias se han instalado con fuerza y han sustituido a nuestras venerables quirománticas gitanas. También han aparecido tiendas con todo tipo de objetos mágicos para rituales y demás parafernalia para  conectar con el mundo del misterio. Son como especie de supermercados con todo tipo de productos que aseguran la felicidad en el amor, como seguir dinero, etc. Y los objetos realmente no son baratos.

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