El Palacio de la Música ¿nueva sede para Mango?

J. L. Gamallo. En el año 2008, es decir ya casi seis años, las salas cinematográficos del Palacio de la Música, uno de los locales de espectáculo más significativos de Madrid y la Gran Vía echaban el cierre, aunque en este caso era por una buena causa, y además con un fin apreciado por todos. La Fundación Caja Madrid se iba a hacer cargo del edificio, y el Palacio de la Música, construido en los años 20 como sala de conciertos, iba a recuperar su destino original, esto es, ofrecer conciertos y espectáculos musicales. En los años cincuenta fue el lugar donde el gran Ataulfo Argenta dirigió en inolvidables conciertos a la Orquesta Nacional de España. Pero la crisis, que ha derribado tantos buenos proyectos e ilusiones, tambièn se cierne sobre el futuro incierto del Palacio de la Música. La situación nada boyante de Bankia, hace que esté pensando en deshacerse de lo que podría ser el buque insignia de su actvidad cultural, y la más importante sala de música de la capital, después del Auditorio Nacional. La firma de ropa juvenial catalana Mango ha puesto los ojos en tan significativo edificio de la Gran Vía, ubicado además en la mejor zona, entre la Red de San Luis y Callao. La operación no cabe duda que reportará jugosos beneficios a los participantes, pues Bankia se desharía de un edificio al que no le ve en estos momentos una rentabilidad, y Mango se instalaría en lo mejor de la Gran Vía. Ya están apareciendo soluciones bastardas por las cuales se podría convertir esta magnífica edificación en unos almacenes de ropa, y que convivirían con otras actividades culturales, lo que seguramente no se lo cree nadie. Por otro lado, el grado de protección del Edificio es la 1, lo que obliga a sus propietarios a mantener y respetar los elementos originales del interior y la fachada. Desde el PSOE y otras organizaciones ciudadanas ya se ha levantado la voz de alarma ante el posible cambio de activdad del Palacio de la Música. La asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ha solicitado a la Comunidad de Madrid que sea declarod Bien de Interés Cultural (BIC), lo que habría de impedir su conversión en una tienda de moda rápida, y proteger su uso para actividades musicales y culturales. Como hay mucho dinero en juego, es de suponer que la solución Mango llevará todas las de ganar. ¡Ójala nos equivoquemos!