Madrid, capital de la fe, congrega a miles de peregrinos de todo el mundo

J. L. Gamallo. Madrid, la capital del reino de España, está viviendo y disfrutando de un acontecimiento único y singular, la Jornada Mundial de la Juventud, que ha convocado a cientos de miles de jóvenes para recibir de nuevo el mensaje de Cristo y la palabra de Dios por medio de su Vicario, Benedicto XVI.

Las calles de Madrid se han visto invadidas pacíficamente por los peregrinos de toda la tierra, que transmiten su alegría y su juventud a raudales. A pesar de sus diferentes orígenes y procedencias les une la misma fe, esa fe que surgió en Palestina hace cerca de 2000 años, y que se extendió por toda la tierra, convertiendo su mensaje en universal.

La Iglesia Católica, la iglesia universal ha sabido mantener el mandato de Cristo, y superar todo tipo de persecuciones y ataques. Estos jóvenes son la esperanza para que el evangelio siga vigoroso y vigente durante otros dos milenios por lo menos. Estos jóvenes van a poder vivir una jornadas en comunión, asistiendo a diferentes actos religiosos y visitas a lugares significados de la vida histórica y religiosa de Madrid.

Madrid ha recibido a estos jóvenes alegres, autenticamente pacíficos, que no han venido a destrozar escaparates, volcar coches, quemar contenedores, o enfrentarse a la policia, traen la sonrisa y el mensaje cristiano en su faz.

La Puerta del Sol, centro de la vida madrileña, es uno de los lugares favoritos de los peregrinos, con algunos iconos de Madrid, como el oso y el madroño, el km 0 o la estatua ecuestre de don Carlos III. Es posible ver un baile mejicano, acompañado por un mariachi, o un canto colectivo filipino.

En la iglesia del Carmen los peregrinos pueden venerar la maravillosa talla de la virgen de Regla, en su bellísimo paso de palio con cientos de cirios, traida desde Chipiona para procesionar en el via Crucis único y singular del viernes en el Paseo de Recoletos. Otro lugar ineludible es nuesra Plaza Mayor, tan unida a los principales acontecimientos de la villa y Corte.

El espectacular escenario y don Felipe III observa con cariño a los jovenes hispanoamericanos, europeos, africanos o asiácitos que pisan sus coloridos adoquines. Por la calle Mayor, la siguiente parada es es enla plaza de la Villa, con algunos de los edificios más venerables de la Villa y Corte, comoel viejo Ayuntamiento, la  Casa de los Lujanes y la Casa de Cisneros; el invicto Don Álvaro de Bazán, almirante de galeras del Rey, observa, interpérrito, el asombroso espectáculo.

Los peregrinos se dirigien a la iglesia del Sacramento, donde hay una larguísima cola para poder venerar la superba imagen del Cristo de la Buena Muerte, el Cristo de los legionarios, venido desde Málaga, para el Via Crucis.

Otros optan por ir a la Colegiata de San Isidro, donde están la Macarena y el Jesús del Gran Poder. Para la ocasión está permitido el acceso al camarín con los restos de San Isidro y Santa María de la Cabeza, patronos de la Jornada. La catedral de la Almudena y el entorno, Palacio Real y la plaza de Oriente, es otro punto de visita obligada.

La catedral, santificada por Juan Pablo II, recibe en toda su esplendidez a los peregrinos. El altar de la virgen de la Almudena, recibe a magna afluencia de los jóvenes. El conjunto palatino-catedralicio es un marco inolvidable, que los peregrinos tendrán siempre en su memoria.

Sin duda es uno de los sitios de Madrid más esplendidos, con la catedral y el Palacio, frente a frente, y al fondo el cielo velazqueño. La Plaza de la Armería se convierte en un ir y venir de jóvenes, admirando la belleza del conjunto, e inmortalizándose frente a ellos.

Da la impresión de estar embebido por una especie de ONU de la fe, con orientales, iberoamericanos, europeos. En estos momentos, impedimentos que serían un obstáculo para la confraternización pasa a segundo plano.

En la plaza de Oriente, bajo la estatua ecuestre de Felipe IV, entre el Teatro Real y el Palcio grupos folklóricos muestran a riqueza de la música popular española en sus bailes y danzas a los peregrinos, que siguen entusiasmados la amplia variedad de nuestro arte popular.

De regreso a Sol por Arenal siguen los grupos de peregrinos, que pesar del calor y la fatiga, siguen manifestando su fe y su mensaje de paz y caridad.

El día de la llegada del Papa el aspecto del centro de Madrid aún era más sobrecogedor, las calles que permitían el acceso a Cibeles y la Puerta de Alcalá estaban aún más abarrotadas que el martes, el cansancio el calor, eran vencidos por la fe y el entusiasmo de los peregrinos. Aquella Babel global presentaba una extraordinaria conjunción. Pero a diferencia de otras reuniones de grandes masas, no habia agresividad, rencor, odio, consignas contra alguien, sólo exclamaciones positivas y reiteraciones del nombre del Papa.

Aquellos jóvenes no se había reunido para asisitir al concierto de alguna  estrella del pop, o el mitin de algún polítco, sino para escuchar a un vnerabilísimo anciano, vestido de blanco inmaculado, que representa la continuidad de aquel mensaje que Cristo dio a conocer a sus discípulos, los Apóstoles, que serían los encargados de llevar la buena nueva al mundo conocido, y en el transcurso del tiempo, sus sucesores, a toda la tierra.

La fe de estos jóvenes es el fruto de esos dos milenios de la labor de la Iglesia, y que demuestra la universalidad del mismo, calando en todo tipo de razas y diferente culturas. En su aparente estructura jerárquica cerrada y compleja, ha permitido el ascenso de personas de origen humilísimo a las dignidades más elevadas, incluido el Papa, sin importar el color o procedencia social. Bueno, en el Paseo del Prado, la calle de Alcalá, Neptuno, por este lado de Madrid, no cogía ni un alfiler, cientos, miles de banderas se agitaban hacia el cielo de Madrid.

Y todos los asistentes estallaron en un grito de júbilo cuando en las pantallas gigantes Benidcto XVI hizo su aparición cuando llegó a la Puerta de Alcalá y el alcalde le entregó las llaves de oro de Madrid, y saludó a la corporación y demás autoridades. Sonaba música española, el baile de Luis Alonso. Jinetes andaluces hicieron una exhibición a lomos de los mejores purasangres españoles. Y luego sus palabras. Pero aqui sólo quería reflejar, y sé que es una labor imposible, reflejar en la medida de mi capacidad, el ambiente extraordinario e inusitado que conoció la Villa y Corte de Madrid.