Cildo Meireles en el Palacio de Velázquez

J. L. Gamallo. El Retiro es sin duda uno de los espacios naturales de Madrid y toda persona que nos visite tiene que pasarse en algún momento para conocer este estupendo jardín. Además de admirar el espléndido muestrario de especies naturales que nos circunda en cada momento, el en Retiro hay diseminadas todas una serie de monumentos y esculturas dedicadas a grandes personalidades de la vida española, empezando por el gran monumento conmemorativo al Rey Alfonso XII que se levante magnífico junto al gran estanque, y pasando por los dedicados a Chueca, el Doctor Tolosa Latour o los Hermanos Álvarez Quintero, entre otros.

Además hay dos grandes edificios que datan del siglo XIX, los Palacios de Cristal y de Velázquez, adscritos al Museo Reina Sofia, y que presentan 3 ó 4 exposiciones al año dedicadas a algún artista en concreto, y de las que suelen formar parte grandes instalaciones. Ni que decir tiene que todas las exposiciones son de arte contemporáneo, y cuando menos curiosas para comprender por donde discurren los últimos parámetros del arte actual.

Hasta el 29 de septiembre se puede ver la exposiciónconsagrada al artista multidisciplinar brasileño Cildo Meireles, aunque preferentemente se dedica a la escultura, aunque resulta difícil incluir su producción en las divisiones habituales del arte. Según la información ofrecida Cildo ha desarrollado en su obra nuevas posibilidades de redifición del arte conceptual, partiendo de una relación con la experiencia sensorial del espectador, del uso crítico de sistemas de circulación ideológicos y económicos y una conexión ética con el mundo, que la base de su permente interpretación crítica.

¿Qué nos vamos a encontrar en la exposición? Un conjunto de obras nuevas y otras menos conocidades, donde los aspectos formales y conceptuales están unidos a su denuncia crítica. Lo más llamativo son una serie de grandes instalaciones, donde se cuestiona la Historia como narrativa de una dominación colonial. Resulta especialmente llamativo Olvido donde se muestra un tipi indio realizado con 6000 billetes de todos los paises americaconos, sobre 3 toneladas de huesos y rodeados por un círculos formado por 69.300 velas. También resulta soprendente Amerikka, donde sobre un suelo formado por 20.050 huevos de madera se levanta amenazadora una techumbre formada por 76150 balas. Más amables es Marulho, que semeja un embarcadero al lado del mar, donde más de 17.000 libros con fotografías del agua marina hacen una interpretación del mar.

Junto a estas grandes instalaciones hay otra serie de obras que se podían denominar esculturas, realizadas con metros de carpinteros, así como diversas estructuras geométricas metálicas que adoptan formas similares a escaleras. Otra obra que llama la anteción son media docena de botellas de cocacola, medio llenas o vacías, dentro de una urna.

Otras instalación, en la que el visitante tiene parte activa, es una habitación con paredes especulares, en cuyo centro hay un recipiente lleno de monedas de 5 céntimos. En otra habitación otros visitantes pueden ver a través de los espejos como interactuan los otros visitantes. Desde luego la exposición ofrece suficientes atractivos para acercarse al Palacio de Velázquez y disfrutar de una ultimísima panorámica del arte brasileño contemporáneo.