Patio de Cristales del Palacio de Cibeles

J. L. Gamallo.- A nadie se le oculta el gusto del actual alcalde de la villa y corte por las obras y empeños de gran envergadura y aparato. Cuando fue presidente de la comunidad de Madrid esta pasión estuvo relativamente limitada. Su intervención más reconocida fue la restauración de la famosísima Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, como sede de la presidencia de la comunidad madrileña. La parte más llamativa de cara al público fue el cierre del doble patio central con un acristalamiento, lo que ha permitido una gran sala cubierta para actos oficiales y exposiciones.
Ya como alcalde ha dado rienda suelta a su afán constructivo, como si de un nuevo barón Haussmann castizo se tratase. La principal obra ha sido el soterramiento de la M-30 a su paso junto el río Manzanares, espectacular y ninivítica hazaña de ingeniería, que ha causado asombro de propios y extraños. En la parte superior se ha diseñado unos dilatados y longilíneos jardines, en ambas márgenes del río, de más de 10 km de largo, desde el barrio de San Fermín hasta el puente del Rey.
"La venerable Casa de la Villa, en la calle Mayor, la sede del Ayuntamiento, lógicamente, quedaba demasiado pequeña para su concepción del carácter del aparato representativo y visual del poder municipal. Puso sus ojos en el gigantesco Palacio de Comunicaciones, que recuerda más a una majestuosa catedral neogótica que a una estafeta, sito en unos de los emplazamientos más significativos de Madrid, en la plaza de Cibeles, frente al Banco de España, y los palacios de Buenavista y de Linares. El emplazamiento no puede ser más envidiable y “cinematográfico”. El Palacio como oficina de correos estaba ya casi en desuso, de manera que se lo cambió al gobierno, y se emprendió una costosa y laboriosa restauración para adecuarlo como nueva sede del Ayuntamiento. Como casi todo lo que se inicia se acaba, muy probablemente para el año próximo las obras habrán concluido. En la torre, que será uno de los lugares más visitados, se instalará un restaurante con mirador, del que se tendrán unas vistas excepcionales de Madrid.
Pero los madrileños y los visitantes ya pueden disfrutar de una parte que ya se ha abierto al público. Cualquier viajero que esté en Madrid en el fin de semana no debería dejar de pasear por el gran y espectacularísimo Patio de Cristales del nuevo Ayuntamiento. En realidad era una calle que separaba las dos partes del expalacio de Correos, y que ahora se ha convertido en su nexo de unión. El resultado ha sido realmente impresionante, y el trabajo y la obra ha merecido totalmente el esfuerzo y el dinero de los madrileños. Una cúpula de cristal de 2.800 metros cuadrados, formada por 5.000 triángulos y con la forma de una burbuja, dota al espacio de luz natural todo el día, además el material empleado en la bóveda hace "el efecto de unas gafas de sol", por lo que, a diferencia del Patio de la Real Casa de Correos, no “asará” a los que pasen por la nueva estructura. Servirá para todo tipo de actos sociales y recepciones oficiales de carácter multitudinario, dado su enorme tamaño y prestancia. El efecto de la gigantesca cúpula reticulada es sorprendente, dando la sensación de estar atrapado por una inmensa red que te desborda.