J. L. Gamallo. Un año más, siguiendo un ritual más o menos parecido, aunque tratandose de que ocurre en Cádiz, puede que tenga más sal y más gracia, se celebra la Cumbre Iberomaricana, especie de Commonwealth de países de raigambre ibérica o hispánica, impulsada por España, y también por Portugal para revirir unas relaciones muchas veces difíciles y complicadas, hacer proyectos en común, y manter vivo unos lazos comunes culturales e históricos. Lo mejor que se puede decir de estas cumbres es que en las mismas no ha ocurrido anda muy destacable, ya que los países hispanoamericanos tienen entre ellos notables diferencias y divergencias, aparte de diferentes orientaciones políticas, que dificultan su entendimiento. Cuba desde el principio vio con recelo estas cumbres, ya que siempre salía a relucir la ausencia de derechos humanos y democráticos en la isla-penal, por lo que los Castros han optado no hacer acto de presencia. Ahora se han unido al plantes de asentes los gerifaltes de Venezuela, Argentina, Nicaragua, Uruguay y Paraguay. Los tres primeros por razones muy claras. Si bien la Cumbre con sus discusos y entrevistas se celebrará en el Teatro Falla, la ceremonia inaugural se hizo en el significativo oratorio de San Felipe Neri, donde se redacto la bicentenaria Constitución de 1812, a la que también asistieron diputados de los virreinatos. En este lugar tan importante para nuestra historia se hizo la foto de familia, con la Familia Real, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, el presidente de la junta de Andalucía, la alcaldesa de Cádiz, Teólfila Martínez y los difernetes presidentes iberoamericanos asistentes a la cumbre. Esperemos que Dios les ilumine y no se limiten a pronunciar bellos y largos discursos.