El virus del Ébola en Madrid

J. L. Gamallo. Lo que parecía prácticamente imposible, y sólo posible en los más perdidos y desgraciados países africanos, en Europa, y concretamente en Madrid ya se ha dado el primer caso de un contagio del Ébola. Una de las enfermeras que atendió a uno de los misioneros repatriados enfermos de Ébola, sin saberse aùn muy bien como, se contagió, incubó la enfermedad y ahora ocupa una de las habitaciones para infecciosos del hospital Carlos III. Lo que apareció como una simple gripe se convirtió en una nueva prueba de esta feroz enfermedad que está asolando a alguno de los más pobres países africanos, donde se ha cobrado ya miles de víctimas. No han tardado mucho en lanzarse la normales acusaciones de inficacia y falta de adopción de medidas apropiadas entre los grupos políticos. La ministra de Sanidad, Ana Mato, así como el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid están en el ojo del huracán, y son la diana de todas las críticas. Además de la pobre auxiliar de enfermería, Teresa Romero, que se encuentra en estado crítico, en el hospital Carlos III se encuentran una docena de personas en observación, entre ellos su marido. De todas formas, la primera víctima fue la mascota de María Teresa, sacrificado sin contemplaciones. Se ha formado un gabinete de crisis, al mando de la viceprensidenta del gobierno, encargado de dirigir y coordinar todos lo diversos e inesperados factores a los que es preciso hacer frente. Esperemos que a partir de ahora el problema se encauce y no se produzcan más víctimas.