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Cuéllar y el mudéjar: Una simbiosis perfecta
J. L. Gamallo. Como la mayoría de las ciudades castellanas, Cuéllar, a unos 50 km al norte de Segovia, es un compendio inmenso de arte e historia, que bien merece una visita. Aunque curiosamente resulta acaso poco conocida, encierra en su casco urbano un conjunto de maravillas que satisfará plenamente los gustos más exquisitos. Su historia y su riqueza durante la Edad Media le permitió levantar un conjunto artístico impresionante, del que quedan muchos ejemplos de primera categoría.
Como buena ciudad que se precie conserva un recinto amurallado con varias puertas, como la de San Basilio, Santiago, San Martín, de la Judería, que permitían el acceso a la ciudadela, en una de cuya esquina como principal elemento defensivo se alza orgulloso, el castillo de los duques de Alburquerque, a los que aún pertenece, construido por el poderoso válido don Beltrán de la Cueva, imputado padre de la infanta Doña Juana.
El castillo es una construcción realmente soberbia, pues aparte de su uso defensivo, también es un palacio prerrenacentista, con un espléndido patio columnado. Los avatares se cebaron sobre tan insigne construcción que inició su decadencia desde la Guerra de la Independencia, cuando los franceses lo saquearon. En la actualidad es la sede del Instituto de Enseñanza Media "Duque de Alburquerque".
Desde el castillo y las murallas reconstruidas de la ciudadeles se obtiene una panorámica magnífica de la ciudad y de las torres de sus iglesias mudéjares,así como el extraordinario mar de pinares que ha ehcho famosa a la comarca. Realmente visitar estas iglesias es como revivir la fe de nuestros antepasados, que llenaron de maravillosos templos construidos de humilde ladrillo las empinadas calles de Cuéllar.
Si hubiera que elegir habría que visitar San Martín, San Andrés, San Esteban y San Miguel, donde esa simbiosis entre la fe y la técnica alcanza momentos sublimes. También convendría visitar Santa María de la Cuesta, desde donde se tiene la vista opuesta del castillo y sus murallas.
Las calles de Cuéllar están repletas de casas blasonadas, que hablan de la hidalguía y nobleza de muchas de sus familias. La importancia de Cuéllar se testifica aún más por motivo de las bodas de Pedro I con Juana de Castro. El Palacio que se construyó aún se conserva. Por otra lado, Cuéllar puede presumir de tener los encierros documentados más antiguos de España, por los menos desde el siglo XIII. Los toros se corren en la festividad de la virgen del Rosario.
A finales de agosto, en la gran explanada entre el Castillo y San Martín se celebra un gran mercado de ambiente medieval. La desamortización se cebó sobre el legado religioso de Cuéllar,así el convento de San Francisco,el panteón de los duques, al pasar a manos privados se fué desmantelando progresivamante. Los sepulcros de alabastro fueron a parar a la Hispanic Society de Nueva York.
De todas formas por lo que se conserva aún se puede hacer una idea de su esplendor pretérito. Antes de abandonar Cuéllar, hay que visitar el santuario de su patrona, la virgen del Henar, soberbia talla románica, cuya romería se celebra el primer domingo antes del 21 de septiembre,rebosante de fieles que desean ver y rezar a la santísima virgen.
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