Madrid

J. L. Gamallo. Desde hace unos años la Nochevieja en Madrid se ha hecho famosísima gracias a una tradición relativamente reciente (algo más de un siglo): la de comer 12 uvas (las de la suerte) durante suenan las campanadas del celebérrimo reloj de la Real Casa de Correos, uno de los edificios emblemáticos de Madrid, que suponen el paso del año viejo al nuevo, al que se piden todo tipo de deseos para entar con buen pie y nos ría la fortuna.

J. L. Gamallo. No hace falta decir que la Puerta del Sol es, sin duda, el lugar más conocido y famoso de Madrid, uno de los sitios para "quedar" por antonomasia, ya sea junto a la Mariblanca, el Oso y el madroño, el KM 0, o la puerta de la Mallorquina, iconos de los más conocidos de Madrid y donde miles de visitantes quedan día se hacen una foto para inmortalizar su estancia, largo o breve, por la capital de España.

J. L. Gamallo. Hay una curiosa zarzuela no muy conocida pero de música chispeante de Chueca, y un disparatado libreto de Ramos Carrión; el argumento gira entorno a un décimo premiado de la Lotería, que se guardó en un chaleco blanco y que fue mandado a que lo lavasen las lavanderas del Manzanares. La trama gira, pues, sobre las peripecias de los protagonistas Tecla y David para recuperar el ansiado décimo que les permtirá su feliz matrimonio.

J. L. Gamallo. No cabe duda que cuando los parques y jardines, ya sean creados por el hombre o modificados para su uso, cuando más bellos están es en primavera y otoño, en el invierno cuando los días son más cortos y el sol se tamiza con las nueves, o caen finas gotas de lluvia, pasear por los senderos entre la arboleda desprovista de hojas también tiene un encanto innegable.

J. L. Gamallo. A diferencia de otras capitales europeos, las Navidades en Madrid no suelen ser "blancas" ya que es muy raro que llegue a nevar, salvo en la sierra de Guadarrama. Desde Moncloa en días claros se pueden ver la cimas de la sierra cuando están coronadas de nieve. A pesar de ser diciembre y con días fríos, no resulta extraño disfrutar de días de sol.

J. L. Gamallo. Durante los últimos cincuenta años el sorteo de la Lotería Nacional más popular y querido por todos los españles parece, es seguro, que cambiará de ubicación, y desde la calle Guzmán el Bueno, por motivos aún no del todos claros, después de barajar diversas sedes, los Niños de San Ildefonso "cantarán" los diversos premios y el ansiado "Gordo" en el templo de la lírica madrileña, el Teatro Real.

J. L. Gamallo. Cuando llegan las fechas navideñas en distintos plaza y centros estratégicos de la villa y corte es posible difrutar de uno de sus mayores atractivos: los mercados navideños. Aparte del más concurrido y famoso de todos, el de la Plaza Mayor, en la plaza de Jacinto Benavente, a unos dos minutos del Hostal Horizonte, hay un atractivo mercadillo, que dada la estratégica ubicación del enclave es muy concurrido a lo largo de todo el día y la tarde.

J. L. Gamallo. A pesar los relativamente escasos datos que conocemos de la vida de Cristo, casi circunscritos con detalle a los de su pasión, muerte y resurreción, y de manera más difusa a los de su nacimiento e infancia, su importancia en la Historia de la Humanidad es incomparable con la de cualquier otro "mesías" o "creencia", y si nos movemos a la historia del Arte son ingentes la cantidad de obras de arte en cualquier campo realizadas para realzar su nombre o algún elemento determinado de su paso por la tierra.

J. L. Gamallo. Uno de los eventos sociales más concurridos, previos a la Navidad, es el Rastrillo de Nuevo Futuro, que desde hace varios años se celebra en el Pabellón la Pipa, ubicado en el recinto de la antigua Feria del Campo. Y no es para menos pues uno de los lugares de visita obligatoria para ser y ser vistos. Muchos famosos y famosas se acercan bien sea para estar delante o detrás de alguno de los cientos de puestos o establecimientos de comidas y bebidas.

J. L. Gamallo.  No cabe duda que una de las épocas del año para visitar parques y jardines es el otoño, cuando los árboles empiezan a cambiar el color de sus hojas hacia diversas tonalidades del rojo al amarillo, acabando en el marrón oscuro, que signficiará su caida y su paso al letargo invernal esperando la llegada de la primavera. Así, este es un magnífico momento para acercarse a alguno de los muchos y bellos jardines con los que cuenta Madrid.